Cádiz, gracias.

Aún siento por mi pecho un millón de emociones encontradas tras lo sucedido el pasado viernes en Cádiz.

Comenzamos la gira Vida Tour y no pudo tener mejor inicio que en mi tierra, en mi capital, en mi Cádiz.

Me siento agradecido inmensamente por todas las presonitas que se hicieron con su entrada para arroparme y asistir a este inicio de vida. Fue maravilloso y un tanto especial sentiros tan cerquita, en un concierto acompañado de mi banda y a la vez tan íntimo.

En esta gira quiero mostrar lo que soy, lo que siento y lo que vivo. En la sala «El Pelícano» pude expresarme de la mejor forma y acabé mostrando el niño que juega en mi interior. Aún lo pienso y se me eriza la piel de oíros cantando mi nombre.

Fue un concierto muy significativo para mi, ya no solo por ser el comienzo de un proyecto tan importante, sino por tener a unos músicos tan maravillosos a mi lado, como son Gonzalo Camacho (guitarra), Antonio Nieto (Bajo y teclado) y David Jaén (Batería). Agradecido y afortunado de tenerlos en este camino que voy trazando.

¿Y qué digo de ellos? Esos amigos que decidieron acompañarme a cantar en este inicio. Personas que me está regalando la vida y la música. Gracias a Celia Monzón y a Rafa Aragón, que aunque son gaditanos de cuerpo y alma, tienen su vida en Madrid y decidieron bajar para estar presente. Otro maravilloso ser que decidió viajar desde Madrid para acompañarme y estar presente fue mi querido Dani Terzo, con el que pude interpretar una bonita canción de raíces venezolanas. Gracias también a mis queridos Sergio Chaves y Marassi, que aunque no tuvieron que recorrer muchos kilómetros como los mencionados anteriormente, también decidieron estar presente para compartir un poco de música conmigo.

Por otro lado, exactamente al otro lado de la lente de la bonita foto que puedes ver arriba, se encuentra Ángel Burgos, Un gran profesional que también desde Madrid, decidió estar presente la noche del viernes para dejarla inmortalizada para la historia.

Yo, ahora, me encuentro frente a mi ordenador escribiendo este articulo pero mi alma sigue vibrando entre las paredes de la sala «El Pelícano», gracias a ellos también por acoger este proyecto y darnos un espacio para jugar.

Gracias a todos y todas por acompañarme en esta vida y darme un propósito para seguir soñando.

¡Que viva la vida!

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